
Kalilu Diwara, el imán de Salt, se convirtió en el centro de una polémica tras el desahucio de su vivienda. La versión oficial expone que el desahucio fue completamente legal, ya que Diwara había ocupado el inmueble de forma ilegal, con menos de 48 horas de residencia. La administración local actuó con base en la normativa vigente, rechazando la solicitud del imán de recibir un trato preferencial para su familia en el acceso a una vivienda social. El imán incitó a la violencia contra la policía y amenazó a la asistenta social.