
La localidad de Salt, cercana a Girona, ha sido escenario de dos noches consecutivas de violentos disturbios. Los incidentes más graves incluyeron la quema de contenedores, daños en la vía pública y ataques directos a la policía. Un intento de asalto a la comisaría de los Mossos d'Esquadra obligó a las fuerzas de seguridad a utilizar lanzadoras de foam para dispersar a los manifestantes. El desalojo de una vivienda ocupada fue el detonante de los enfrentamientos. Se han producido seis detenciones y un agente de los Mossos ha resultado herido.