
La DGT identificó a un conductor de Ciudad Real que circulaba a 190 km/h en una carretera con velocidad máxima de 90 km/h. La Guardia Civil escondió un radar detrás de un seto, pero no pudo identificar al conductor inicialmente. La infracción se considera un delito grave contra la seguridad vial, con una pena de prisión de 3 a 6 meses, multa de 6 a 12 meses o trabajos para la comunidad de 31 a 90 días, y retiro del permiso de conducir entre 1 y 4 años. La DGT controló a 1.163.126 vehículos durante su campaña, con un 6,5% de conductores multados por exceso de velocidad.