
En las cárceles catalanas, hay 8.828 presos, de los cuales el 51,8% son extranjeros. Según la Generalitat, el 40% de estos presos extranjeros no tienen expectativas de integración social y laboral en España. El coste de mantener a estos presos es de cerca de 100 millones de euros al año. La mayoría de los presos extranjeros han sido condenados por delitos como hurtos, robos, amenazas o lesiones, y prácticamente todos tienen más de un antecedente judicial.