
Jessica Silva, de 49 años, dejó su trabajo corporativo en Londres para mudarse a España, específicamente a Mallorca, en 2017. Después de visitar la isla en 2016, decidió que era el lugar perfecto para empezar una nueva vida. A pesar de tener un sueldo elevado, decidió que no necesitaba ganar tanto dinero para disfrutar de una calidad de vida mejor. Ahora trabaja como coach online y puede permitirse una vida más relajada, con una compra semanal de 70 euros, comidas fuera de 20 euros y una factura de electricidad de 200 euros mensuales. Aunque enfrentó desafíos, como la barrera del idioma y la burocracia, está decidida a echar raíces en la isla.