
El baile es una actividad que puede generar ansiedad o incomodidad en algunas personas. La Psicología sugiere que esto puede deberse a factores como la biología, la historia de vida, la autoestima y el entorno cultural. Un estudio de la Universidad de Tennessee encontró que existe un componente genético que influye en la capacidad de sincronizar el cuerpo con la música. La falta de habilidad innata o practicada puede generar inseguridad y afectar la disposición a participar en el baile. El temor al juicio ajeno, la autocrítica elevada y la autoimagen rígida también pueden ser motivos detrás de la negativa a bailar. La psicóloga Anna Gimeno destaca que el baile puede ser una forma de liberación emocional, herramienta de socialización, elevador del estado de ánimo y recurso para mejorar la autoestima.