
El pan sin gluten no es necesariamente más saludable que el pan común. El gluten es un componente con un alto valor tecnológico pero un escaso valor nutricional. La producción de pan sin gluten se convierte en un desafío tecnológico y los fabricantes tienden a depender de ingredientes como las harinas refinadas de arroz, papa o tapioca, que contienen una menor cantidad de proteína y fibra que las harinas de trigo. El 46% de personas que consumen pan sin gluten lo hace por razones distintas a la enfermedad, como el deseo de consumir menos ingredientes artificiales y la creencia de que les ayudarían a perder peso. Sin embargo, muchos fabricantes agregan sal, azúcares y otros componentes adicionales para mejorar su sabor, lo que lo hace aún menos recomendable.