
Pedro Sánchez busca multiplicar los frentes abiertos para España, tanto en el ámbito internacional como doméstico. Su última maniobra, bloquear el consenso en la OTAN para aumentar el gasto militar al 5% del PIB, liderada por Estados Unidos y respaldada por los principales aliados, amenaza con aislar a España en un momento crítico para la seguridad global. España tiene un gasto en defensa del 1,28% del PIB, lo que ya le ha valido la exclusión de reuniones clave sobre Ucrania. Sánchez incumplió su promesa de alcanzar el 2% del PIB en defensa y parece más preocupado por contentar a sus socios de Sumar que por reforzar la posición de España.