
Fernando Grande-Marlaska se siente desautorizado por la suspensión del contrato con Israel, que considera plenamente legal y correcto, y que supone una penalización de 6 millones de euros. Esto ha generado un gran malestar en su equipo y podría llevarle a presentar su dimisión. Pedro Sánchez ha preferido ceder al capricho antisemita de Yolanda Díaz para mantener la relación con Sumar, lo que ha dejado a Marlaska en una posición difícil.