
Madrid ha aprobado el Plan RESIDE para ordenar el turismo en la ciudad, que divide la capital en dos zonas: la almendra central y la zona exterior. En la zona central, se prohíben los pisos turísticos dispersos en edificios residenciales, y se permiten solo en bloques dedicados a ese fin. El plan también incluye medidas para recuperar edificios en desuso y convertirlos en viviendas de alquiler asequible. El Ayuntamiento calcula que 210 edificios podrían beneficiarse de esta medida. La oferta turística se concentrará en bloques dedicados a ese fin, y se restringirá la reconversión de locales en apartamentos para el alquiler vacacional. El plan también incluye una moratoria a las nuevas licencias municipales y un endurecimiento de las multas para los pisos turísticos que operan sin licencia. Actualmente, hay 17.630 establecimientos turísticos en la ciudad, de los cuales solo 1.200 operan de forma reglada.