
España ha experimentado un retroceso en la libertad de expresión desde que Pedro Sánchez llegó al poder, con una puntuación que ha bajado de 0,91 puntos a 0,86 puntos en 2024, según Our World In Data. Esto se debe a ataques a la libertad de expresión, como la regulación para impedir que periodistas cuestionen al Gobierno y la aprobación de leyes que califican como delito de odio cosas que no deberían ser delitos. El Instituto V-Dem utiliza indicadores como esfuerzos de censura gubernamental, libertad de expresión académica y cultural, hostigamiento a periodistas y sesgo de los medios de comunicación para medir el nivel de libertad de expresión. España ha sido superada por países como Jamaica, Costa Rica, Honduras y Nigeria en términos de libertad de expresión.