
Desde 2018, España ha realizado gestos de sumisión hacia Marruecos, como el respaldo al plan marroquí para el Sáhara Occidental en 2022, más de 120 millones en equipamiento para control migratorio y proyectos económicos que benefician a Rabat. El giro sobre el Sáhara en marzo de 2022 rompió la neutralidad española y dinamitó las relaciones con Argelia. La falta de transparencia y la sospecha de espionaje por parte de Marruecos, con 2,6 GB de datos extraídos del teléfono de Sánchez, alimentan teorías inquietantes.