
Bolivia, pese a perder su salida al océano Pacífico tras la Guerra del Pacífico (1879-1884), mantiene una Armada activa y numerosa que opera en cuerpos de agua como el lago Titicaca y los ríos Mamoré, Beni y otros afluentes de la Amazonía y el Pantanal. La Fuerza Naval Boliviana se posiciona por encima de países como Israel y Brasil en número de embarcaciones de guerra, según el Navy Fleet Strength by Country 2025. Esto se debe a que muchas de estas unidades son pequeñas, adecuadas para entornos fluviales, y su función es simbólica, manteniendo vivo el reclamo de una salida soberana al mar.