
Una filtración cartográfica ha revelado los posibles objetivos territoriales de Moscú en Ucrania, que incluyen la anexión de regiones como Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, así como zonas bajo control ucraniano como Dnipropetrovsk, Mykolaiv y partes de Odesa. El mapa sugiere una expansión sistemática hacia el sur de Ucrania para consolidar un corredor terrestre que conecte con Transnistria, en Moldavia. Esto implicaría un cambio radical en la guerra y una amenaza directa a la seguridad regional. Los analistas internacionales sostienen que este plan refuerza la idea de que Moscú busca una reconfiguración completa de las fronteras de Europa del Este.