
Desde el inicio de la guerra, muchos soldados rusos están dispuestos a pagar grandes sumas de dinero para evitar luchar en el frente de la guerra con Ucrania. Un soldado ruso explica que los médicos de combate pueden inyectar analgésicos y clavar un trozo de metralla en la pierna para simular una herida, lo que cuesta 300.000 rublos (unos 3.200 euros). Otras formas de escapar incluyen el secuestro, que puede costar entre 200.000 y tres millones de rublos (entre 2.100 y 32.000 euros), o la reapertura de una cuenta bancaria en el Reino Unido por 29.000 rublos (310 euros). Los precios por evitar luchar en el frente se han disparado por tres o incluso por diez, y un experto en anticorrupción confirma que una identificación militar que otorgaba un aplazamiento de categoría G se vendió por un millón de rublos o más en la web oscura en 2023.