España necesita incrementar su gasto militar al 2% del PIB, lo que requiere 11.500 millones más. El gobierno de Pedro Sánchez tiene un doble discurso sobre el tema. La solución más eficiente sería reducir la grasa del Estado, fusionando municipios y suprimiendo diputaciones provinciales, lo que podría ahorrar 20.000 millones de euros al año. Sin embargo, esto no se hará debido a la oposición de los cargos políticos y de libre designación. La historia muestra que ningún país ha conservado su soberanía financiando redes clientelares mientras descuidaba su defensa.