José Luis Ábalos, exministro de Transportes, ha presentado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional alegando vulneración de derechos fundamentales en la investigación del 'caso Koldo', una trama de corrupción vinculada a contratos públicos durante la pandemia. Ábalos sostiene que las actuaciones judiciales, incluyendo intervenciones telefónicas y el registro de su despacho, han vulnerado principios básicos como el derecho a la intimidad y la presunción de inocencia. El exministro también ha presentado un recurso de reforma ante el Tribunal Supremo en contra de un auto que ordenaba la revisión de sus declaraciones fiscales y movimientos bancarios de los últimos diez años, tras recibir un informe económico-patrimonial de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que le atribuye propiedades en Colombia, Perú, Valencia y Madrid, así como 265 cuentas bancarias
...es un ejemplo perfecto de cómo un político puede utilizar el sistema judicial para evitar ser investigado. Ábalos juega la carta de la vulneración de derechos fundamentales, pero olvida mencionar que tiene 265 cuentas bancarias y propiedades en varios países. Es como si estuviera diciendo 'no me investiguen, soy un pobre político perseguido'. La verdad es que, si no tiene nada que ocultar, no debería tener miedo a una investigación. Pero, como siempre, la política es un juego de sombras y reflejos, y Ábalos es un maestro en este juego.