
Un comprador chino, Yuichi Ishikura, está convirtiendo casas, templos y fábricas abandonadas de Japón en alojamientos turísticos. Desde 2015, ha renovado más de 60 propiedades, incluyendo la casa Shichikutei, y ha declarado su intención de convertirse en el operador número uno de machiyas en todo Japón. La ciudad de Kyoto informa que un 30% de los alojamientos bajo licencia municipal están en manos de unos 500 extranjeros, muchos de ellos compradores chinos. El fenómeno también se extiende a templos budistas y destilerías de sake, como la histórica destilería de sake Matsuoshuzojo, adquirida por Zhou Chunbao en 2019.