
La República Dominicana se ha convertido en un destino atractivo para empresas que buscan evitar los aranceles impuestos por Estados Unidos. Debido a su proximidad geográfica y tratados de libre comercio, el país ofrece una vía rápida y económica para enviar mercancías sin penalizaciones. Empresas como Eaton y Hanes ya están operando en la zona franca de Santiago, fabricando productos como piezas electrónicas y ropa interior. El gobierno dominicano ha intensificado sus esfuerzos para atraer más inversión extranjera directa, ofreciendo incentivos fiscales y mejoras en la infraestructura logística. La transformación está reconfigurando el perfil productivo del país, que se posiciona como un eslabón fuerte en la cadena de valor de Norteamérica. El nearshoring, impulsado por la incertidumbre geopolítica y los problemas de las cadenas logísticas, ha encontrado en la República Dominicana un terreno fértil. El país ofrece una solución inmediata para las empresas que buscan mantener sus cadenas de suministro sin caer en las redes arancelarias impuestas por Washington. Con un arancel del 25% sobre productos chinos, las empresas están repensando su estrategia y encontrando en la República Dominicana una alternativa viable.