
Un restaurante en Viena, Austria, sufrió una pérdida de 4.500 euros debido a que 170 personas no se presentaron a una boda reservada. El dueño del restaurante, de 54 años, había asignado a seis trabajadores y pedido mercancía para el evento. La persona que realizó la reserva mostró la confirmación del depósito dos días antes, pero lo canceló inmediatamente. El dueño del restaurante decidirá cobrar una tarifa por no presentarse tras reservar para evitar situaciones similares en el futuro.