
China se prepara para liderar la minería submarina, aunque no ha comenzado la extracción comercial. Su objetivo es asegurarse un lugar clave en la futura industria de los océanos, con una estrategia que combina alianzas estratégicas con islas del Pacífico, como las Islas Cook y Kiribati, y una presencia consolidada en la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), con cinco de los 22 contratos de exploración existentes. China tiene una brecha tecnológica de entre dos y cinco años con respecto a la empresa canadiense The Metals Company (TMC), pero su infraestructura para el procesamiento de metales, respaldada por el Estado, le da una ventaja competitiva. El país asiático se posiciona para extraer, refinar y controlar toda la cadena de valor cuando lo considere estratégico, con prototipos como el 'Pioneer II', que ya ha operado con éxito a más de 4.000 metros de profundidad.