
El precio del petróleo no ha subido pese a los conflictos geopolíticos en Oriente Próximo, como el ataque de Israel contra instalaciones nucleares iraníes. Según Rory Johnston, fundador de Commodity Context, aunque los precios podrían subir, la posibilidad de una gran espiral alcista es baja. Las razones para creer que se mantendrá la contención en el conflicto incluyen la posición débil de Irán y el apoyo tácito de EEUU a Israel. Históricamente, las grandes oscilaciones sostenidas del precio del petróleo desde el cambio de milenio han estado impulsadas por tendencias geoeconómicas más amplias, no geopolíticas. La invasión rusa de Ucrania es una excepción, donde Rusia es un productor de petróleo y gas mucho mayor que Irán. Actualmente, se prevé que la economía mundial se ralentice. Los acontecimientos geopolíticos suelen provocar alteraciones a corto plazo en el precio del petróleo. En 2019, los ataques con drones iraníes alcanzaron yacimientos petrolíferos y enormes instalaciones de procesamiento de petróleo en Arabia Saudí, lo que hizo subir el precio del crudo. En cuanto a los bonos europeos, Italia, Grecia y España emergen como beneficiarios de la preocupación del mercado de bonos, con diferenciales entre los rendimientos del sur de Europa y los de Alemania que se han estrechado considerablemente.