
Desde 2019, los costes laborales han aumentado un 20% para las empresas, pero no se ha traducido en un aumento de salarios. Un informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) analiza la brecha entre el salario real y el coste laboral. Los economistas José E. Boscá y Javier Ferri encontraron que el salario real ha caído un 2% desde 2009, mientras que el coste laboral ha aumentado. La diferencia se debe a la subida de las cotizaciones sociales, que han aumentado un 14% entre 2017 y 2020. El informe concluye que el aumento de los costes laborales se ha destinado a pagar pensiones a través de las cotizaciones a la Seguridad Social. Los autores destacan que la productividad ha aumentado un 15% desde 2007, pero el salario real ha permanecido estancado. La inflación de los precios de consumo ha sido mayor que la de los precios de producción, lo que explica la divergencia entre el coste laboral y el salario real.