
Japón enfrenta una crisis de escasez de mano de obra debido a la caída de la natalidad y la política de inmigración restrictiva. Para abordar este problema, el país busca igualar los salarios entre hombres y mujeres, eliminando la brecha salarial de género. El sector financiero japonés ha comenzado a eliminar puestos administrativos que perpetuaban la brecha salarial, y empresas como Nippon Life Insurance y MUFG Bank han eliminado categorías de trabajo administrativo para aumentar las oportunidades de ascenso para las mujeres. La brecha salarial en Japón es alta, con las mujeres recibiendo entre el 70% y el 80% del salario de los hombres. El gobierno ha implementado medidas para combatir la discriminación y ha anunciado planes para organizar reuniones con representantes de gobiernos locales y organizaciones económicas para abordar la crisis demográfica.