
Microsoft Japón implementó una semana laboral de cuatro días en 2019, lo que resultó en un aumento de la productividad de un 40% y un ahorro en costes operativos. La empresa dio a sus 2.300 empleados cinco viernes libres consecutivos, manteniendo el salario completo y sin exigir compensaciones de tiempo. El experimento, conocido como 'Work-Life Choice Challenge 2019 Summer', buscaba mejorar la productividad y la creatividad cambiando la forma en que se utilizaba el tiempo en la empresa. La impresión en papel se redujo en un 58,7% y el consumo de energía cayó un 23,1% en comparación con el mismo mes en tres años anteriores.