
La Cueva del Águila, ubicada en el Valle de Tiétar, es una cavidad con pasadizos laberínticos y salas con formaciones geológicas únicas, que alcanzan los 20 metros de altura y crecen a un ritmo de un centímetro cada 100 años. Fue descubierta en 1963 por cinco jóvenes que exploraban el Cerro de Romperropas y se abrió al público un año después. La cueva tiene una profundidad de 50 metros y un recorrido de cerca de un kilómetro, y se ofrecen visitas guiadas con diferentes temáticas, incluyendo una ruta de descubrimiento, fantasía, aventura y científica, con un precio de 11 euros por persona. El entorno de la cueva ofrece opciones para completar una escapada, como recorridos en bicicletas de montaña, rutas de senderismo y observación de estrellas.