
Manuel P. Villatoro desmonta mitos sobre los gladiadores en su libro, destacando que los combates no solían ser a muerte, ya que entrenar un gladiador era caro. La gladiatura tiene raíces en rituales funerarios etruscos y prácticas de otras civilizaciones antiguas. Los gladiadores podían ascender socialmente si tenían un buen desempeño en la arena, y algunos incluso recibieron riquezas y libertad. La vida en las escuelas de gladiadores era dura, pero contaban con atención médica especializada. Los emperadores utilizaban los espectáculos de la arena como herramienta política, y el declive de los combates de gladiadores se debió a factores económicos y sociales, no solo a la llegada del cristianismo. Espartaco es considerado uno de los gladiadores más icónicos de la historia.