
La pintura La Esperada de 1860, creada por Ferdinand Georg Waldmüller, muestra a una joven con un objeto en las manos que ha generado teorías sobre una viajera en el tiempo. Sin embargo, el experto José Talavera explica que el objeto es un libro de oraciones, común en el siglo XIX. La joven también lleva un rosario, lo que refuerza la idea de que está dedicada a una práctica religiosa. La pintura es un ejemplo de cómo las percepciones cambian con el tiempo y cómo los elementos de una obra de arte pueden ser interpretados de manera diferente según el contexto cultural y tecnológico.