
Esparta mantuvo una flota naval con un presupuesto significativo, recibiendo un subsidio de 30 talentos mensuales del sátrapa Tisafernes en 412 a.C. para sostener 55 trirremes. Cada marinero cobraba 3 óbolos diarios y cada trirreme costaba 2 talentos en construcción y equipamiento. La flota espartana llegó a tener 200 trirremes activas en 405 a.C., con un gasto mensual de 1.760 talentos en mantenimiento. La presión fiscal aumentó y la economía espartana se transformó, pero finalmente la flota se desmoronó debido a la falta de fondos.