
La fumata, señal de humo blanco o negro que anuncia la elección de un nuevo Papa, tiene un origen funcional en el siglo XVI. La costumbre de generar humo tras cada votación nació como una manera sencilla de comunicar a los fieles si había habido acuerdo entre los cardenales. En 1878, se estableció el sistema de fumata nera si no hay Papa y fumata bianca si hay nuevo pontífice. En 2005, el Vaticano introdujo un sistema de cartuchos químicos para generar humo de forma controlada. La fumata es parte del protocolo de la sede vacante, regulado por la constitución apostólica Universi Dominici Gregis de 1996.