
El fotógrafo Hugo Jaeger documentó en color el auge del nazismo. Sus imágenes revelan cómo la escenificación meticulosa del Tercer Reich contribuyó a moldear un relato emocionalmente arrollador que arrastró a toda una nación hacia el delirio colectivo. En 1938, durante el Congreso del partido en Berlín, Jaeger capturó al Führer devolviendo el saludo nazi a las tropas congregadas en la plaza Adolf Hitler. En 1938, tras la anexión de Austria a Alemania, Jaeger fotografió la multitud congregada en la Heldenplatz de Viena saludando a Hitler. El líder nazi también desfiló por el centro de Berlín durante su 50 cumpleaños en 1939. Las 2.000 fotos de Jaeger del III Reich estuvieron enterradas después de la guerra y se vendieron a la revista Life en 1965.