
La tumba del primer emperador de China, Qin Shi Huang, descubierta en 1974 en la provincia de Shaanxi, permanece sellada debido a preocupaciones sobre peligros químicos y trampas. Según el historiador Sima Qian, el mausoleo contiene palacios, tesoros y sistemas de defensa, incluyendo ríos de mercurio que podrían representar un peligro ambiental y humano. Un estudio de 2020 detectó niveles altos de mercurio alrededor del túmulo, lo que confirma parte del relato de Sima Qian. Los arqueólogos se enfrentan a un conflicto entre explorar y preservar el patrimonio, y se han propuesto métodos no invasivos para evitar dañar la tumba.