
El espionaje de ficción es un fenómeno relativamente reciente, con precursores como El espía de James Fenimore Cooper en 1821 y Kim de la India de Rudyard Kipling en 1901. Sin embargo, no fue hasta la creación de James Bond por Ian Fleming en 1952 y George Smiley por John le Carré en 1961 que el género se popularizó. Estos dos personajes representan las variantes más conocidas del género, con Bond encarnando la versión más fantástica y desorbitada, y Smiley buscando plasmar el aspecto más realista de la profesión. El género ha evolucionado a lo largo de los años, con la aparición de nuevos personajes y tramas, y ha sido influenciado por la Guerra Fría y la desaparición del bloque soviético. Autores como Len Deighton y Graham Greene han contribuido al género, y el cine ha adaptado muchas de estas historias, incluyendo las películas de Bond y las adaptaciones de las novelas de Le Carré.