
La inteligencia artificial (IA) y la computación cuántica están revolucionando el desarrollo de vacunas contra enfermedades complejas como el SIDA y ciertos tipos de cáncer. Estas tecnologías permiten simular millones de escenarios biológicos a gran velocidad, lo que ayuda a diseñar vacunas eficaces ante enemigos tan escurridizos. La computación cuántica trabaja con qubits, que permiten explorar múltiples caminos simultáneamente, crucial para entender cómo se doblan las proteínas o cómo interactúan los medicamentos con un virus o una célula cancerígena. La IA, por su parte, se encarga de diseñar nuevos modelos de proteínas o sugerir estructuras moleculares que podrían funcionar como vacuna. Ejemplo de ello es el diseño de moléculas que atacan eficazmente la proteína KRAS, asociada a muchos tipos de cáncer, considerado 'intratable' hasta ahora. El Centro Nacional de Computación Cuántica del Reino Unido prevé implementar estas tecnologías en sistemas de salud como el NHS británico antes del 2030. Además, estas tecnologías pueden apoyar la personalización de soluciones para poblaciones reducidas, como las enfermedades raras y la salud femenina.