
OpenAI ha contratado potencia de cómputo en Google Cloud, a pesar de que ambas empresas compiten en el campo de la inteligencia artificial. Esto se debe a la creciente demanda de recursos para entrenar sistemas como ChatGPT, que ha generado ingresos de 10 000 millones de dólares anuales. Google Cloud ofrece chips TPU de cuarta y quinta generación, lo que permite a OpenAI diversificar riesgos y reducir tiempos de espera para nuevos modelos. El acuerdo también implica que Microsoft, que es el principal proveedor de OpenAI, compartirá a su socio con un competidor directo. A corto plazo, se espera una mayor disponibilidad de instancias para fine-tuning y GPTs personalizados, lanzamientos de modelos de próxima generación con menos retrasos y una guerra de precios entre Azure, Google Cloud y AWS.