
Las empresas tecnológicas como Google, Facebook y Microsoft han copiado o comprado tecnologías de startups para mantener su posición en el mercado. Un ejemplo es la compra de YouTube por Google en 2006, después de que YouTube arrasara con su propia plataforma de video, Google Video. De manera similar, Facebook compró Instagram en 2012. En el ámbito de la inteligencia artificial, OpenAI ha lanzado su propia herramienta de programación, Codex, y ha comprado a WindSurf, una competidora de Cursor. Esto deja a las startups como Cursor, Devin y Replit Ghostwriter en una posición complicada, ya que las Big Tech dominan el mercado con sus propias herramientas de IA, como Claude Code de Anthropic, Jules de Google y CodeWhisperer de Amazon.