
La industria tecnológica ha aumentado su consumo energético debido al auge de la inteligencia artificial, lo que ha llevado a un aumento en la demanda de gas. Empresas como Amazon, Google y Microsoft están construyendo centros de datos que requieren una gran cantidad de energía, y aunque las renovables están en expansión, no pueden satisfacer la demanda constante de estos centros. La Agencia Internacional de la Energía estima que la demanda energética de los centros de datos se duplicará para 2030. Siemens Energy, que fabrica turbinas de gas, ha visto un aumento del 15% en sus ingresos debido al creciente interés en el gas. La demanda de gas puede aumentar el precio del mismo y las emisiones de carbono, lo que contradice los objetivos de descarbonización