
Un experimento reciente demostró que los teléfonos pueden resistir el uso diario sin funda, gracias a la resistencia de los nuevos materiales como el Gorilla Glass, que puede soportar caídas de hasta dos metros. Esto ha llevado a una tendencia creciente de abandonar las fundas, valorando la experiencia de uso más pura. Además, se prevé que en el futuro, con la llegada de tecnologías como las gafas inteligentes, los teléfonos móviles podrían dejar de ser necesarios, cambiando la forma en que interactuamos con la tecnología.