
En 1337, el sacerdote John Forde fue asesinado en Cheapside, Londres, por un grupo de cuatro hombres. El equipo de criminólogos de la Universidad de Cambridge ha reconstruido el crimen y descubierto que detrás del asesinato se encontraba Ela Fitzpayne, una noble poderosa y ex amante del sacerdote. La relación entre Fitzpayne y Forde fue descubierta por el arzobispo de Canterbury, quien impuso a Fitzpayne una penitencia pública. Sin embargo, Fitzpayne se negó a cumplir con la penitencia y se ocultó en Rotherhithe. El asesinato de Forde fue un acto de venganza y un mensaje político. El proyecto Medieval Murder Maps ha permitido reconstruir más de 350 homicidios documentados en el siglo XIV. El caso de John Forde destaca por su brutalidad y por el silencio cómplice que lo rodeó. Ela Fitzpayne ha emergido de las sombras de los archivos como una figura compleja y fascinante.