
Vasile Frumuzache, un ciudadano rumano de 32 años, confesó el asesinato de dos mujeres en Italia y fue agredido en la prisión de Prato con aceite hirviendo por un pariente de una de las víctimas, resultando con quemaduras de primer y segundo grado. Frumuzache había sido arrestado después de ser identificado como el principal sospechoso en la desaparición de Denisa Paun, una trabajadora sexual rumana, y confesó haberla asesinado después de un encuentro. También admitió haber cometido otro homicidio en agosto de 2024, el de Ana Maria Andrei, otra trabajadora sexual rumana. La Fiscalía italiana ha ordenado ampliar la investigación para esclarecer si existen más víctimas relacionadas con el caso.