
Durante la Segunda Guerra Mundial, las mujeres jugaron un papel crucial y extenso en el conflicto. Participaron como enfermeras, mensajeras, francotiradoras y en la resistencia en países como Francia, Italia, Yugoslavia y Grecia. En Francia, al menos el 15% de los miembros de la resistencia organizada fueron mujeres. En Yugoslavia, de los 800.000 partisanos, unas 100.000 eran mujeres. La Unión Soviética incorporó a cientos de miles de mujeres en el Ejército Rojo, incluyendo a Ludmila Pavlichenko, una francotiradora letal con 309 muertes confirmadas. Las mujeres también formaron parte de las filas del ejército en el Reino Unido, donde el Special Operations Executive reclutó a decenas de mujeres para operar tras las líneas enemigas. A pesar de su implicación decisiva, la narrativa oficial de posguerra relegó a las mujeres a un papel pasivo o marginal.