
Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, falleció en Roma a los 88 años después de ser hospitalizado por una neumonía bilateral. Había cumplido 12 años como pontífice el 13 de marzo y había estado luchando contra problemas de salud, incluyendo una bronquitis persistente y una infección respiratoria que se complicó con los días. Su muerte abre una crisis en la Iglesia católica, sin candidatos claros para sucederle y con un fuerte movimiento restauracionista en contra de las reformas que emprendió durante su papado.