
En la década de 1960, la empresa La Farga Lacambra, ubicada en Las Masías de Voltregá, Catalunya, creó una colonia industrial migrante para alojar a los trabajadores que llegaban de Galicia, principalmente de Aranga y Curtis. La colonia, conocida como 'La colònia dels gallecs', estaba formada por 80 familias y contaba con viviendas, escuela, economato y bar. La lengua vehicular era el gallego y la colonia mantenía sus costumbres y tradiciones. La empresa ofrecía casa y trabajo a los empleados, lo que creaba un sentido de comunidad y solidaridad. Sin embargo, la colonia también estaba aislada y no participaba en los conflictos y oposición a la dictadura que se producían en la época. Con el tiempo, la colonia comenzó a declinar y los trabajadores adquirieron las viviendas, pero el sentido original de la colonia se fue diluyendo.