
Se presentan cinco historias reales de secuestros y reclusión, incluyendo el caso de Josef Fritzl, quien encerró a su hija Elisabeth durante 24 años en un sótano, y el caso de David y Louise Turpin, quienes mantuvieron a sus 13 hijos en condiciones de esclavitud. Otros casos incluyen el de la familia fantasma en los Países Bajos, el de Genie Wiley, quien fue aislada durante 10 años, y el de Lauren, quien vivió en un armario durante 5 años. Los casos involucran abuso infantil, tortura y secuestro, y han llevado a condenas de cadena perpetua para algunos de los responsables.