
El apagón del lunes dejó a la autora, Helena Resano, sin luz durante 10 horas. Su hijo pequeño, que empieza sus exámenes finales, no sabía cómo solucionar el parón porque todos sus apuntes estaban en la nube de la plataforma del colegio. La familia salió a dar un paseo y se sorprendió al ver que todo el mundo había tenido la misma idea. La gente hablaba entre sí y disfrutaba del aire libre. La autora destaca la tranquilidad con la que su hijo y otros jóvenes afrontaron la situación, y cómo la desconexión fue lo más angustioso. La lección aprendida es que las cosas sencillas hacen la vida más sencilla y probablemente más feliz.