
La ciudad de Tokio implementará una jornada laboral de cuatro días para todo su personal público a partir de abril, con el objetivo de mejorar la conciliación laboral y familiar, y aumentar la natalidad. Esta medida se debe a la cultura laboral de gran dedicación en Japón, que ha llevado a problemas de salud mental y una crisis de natalidad. El gobierno ha aprobado leyes para obligar a las empresas a ofrecer opciones laborales flexibles a los empleados con hijos pequeños. A partir de octubre de 2025, las empresas deberán adoptar medidas como el teletrabajo, reducción de jornada o concesión de nuevos permisos. El país busca atajar sus problemas de escasez de mano de obra y natalidad en constante decrecimiento, con 720.988 nacimientos en 2024, su noveno año consecutivo de descenso.