
Las redes sociales han cambiado la forma en que descubrimos y experimentamos la comida. La instagramificación de los restaurantes, priorizando la estética visual y la fotografía, ha llevado a una homogeneización de los gustos y una pérdida de identidad gastronómica. Según Lakshmi Aguirre, escritora gastronómica, 'han estandarizado nuestros gustos, casi sin darnos cuenta y estamos atrapados en su algoritmo'. Un estudio de Seven Rooms encontró que el 47% de los consumidores visitaron un restaurante porque se hizo viral en redes sociales, y el 31% optó por lugares considerados instagramables. Diego Olmedilla, CEO de Aplus Gastromarketing, afirma que la instagramificación 'no es ni buena ni mala por sí misma, sino simplemente una evolución natural del marketing gastronómico'.