
Washington implantará un dispositivo que limite la velocidad de los coches en función del límite legal de la zona, conocido como Ley BEAM, a partir de 2029, con el objetivo de reducir accidentes, como el que ocurrió en marzo de 2024, donde murieron tres niños y un adulto, y el conductor fue condenado a 17 años de prisión. El dispositivo utilizará el GPS para evitar que los conductores superen el límite permitido, y no utilizarlo acarreará multas de 250 dólares. El gobernador Bob Ferguson firmó la ley, apoyada por la mayoría de familias afectadas por los excesos de velocidad.