
El cambio de hora del 29 al 30 de marzo, cuando los relojes se adelantan una hora, puede provocar desajustes en el organismo, alteraciones en el sueño, cambios en el estado de ánimo y salud mental. El psicólogo Andrés Herraiz Fernández explica que la luz solar es crucial para la producción de vitamina D y serotonina, un neurotransmisor clave en el control del estado de ánimo. El cambio de hora puede afectar la producción de melatonina y cortisol, provocando dificultades para conciliar el sueño, menor calidad del sueño, dificultades de concentración, cambios en la regulación emocional, fatiga e irritabilidad. Estos efectos pueden durar de 2-3 días a una semana. Para minimizarlos, se recomienda ajustar gradualmente los horarios de sueño, exposición a la luz solar, ejercicio físico moderado, alimentación saludable, mantener rutinas adecuadas y evitar el consumo de cafeína.