
Dormir en el suelo no es un descubrimiento nuevo, ya que algunas culturas orientales lo han practicado durante siglos. Expertos como Kate Bowman y Jonatán Díaz Expósito ofrecen opiniones divergentes sobre la efectividad de esta práctica para aliviar el dolor de espalda. Un estudio publicado en The Journal of Alternative and Complementary Medicine encontró que el grounding puede disminuir los niveles de cortisol y mejorar la calidad del sueño. Sentarse en el suelo también puede ser beneficioso, especialmente si se hace durante 15-30 minutos al día en diversas posiciones. La psicóloga clínica Ellen Hendriksen sugiere que descansar sobre el suelo puede inducir un estado de calma similar al de la meditación. Caminar descalzos también puede reportar beneficios, como el fortalecimiento de músculos de los pies y la mejora de la sensibilidad propioceptiva.